martes, 22 de abril de 2025

Editoriales y Bookfluencers: mi opinión.

Recientemente se ha hablado sobre el tema de que las editoriales dan oportunidades a creadores de contenido que nunca han escrito nada en su vida y de esto voy a hablar en la entrada de esta semana.

Las opiniones en las redes sociales están divididas, algunos creen que hay escritores que merecen más la oportunidad que ellos y otros defienden esto, alegando que estas declaraciones son el producto de la envidia mal gestionada.

Pero vamos poniendo todo en perspectiva y voy a comenzar con esto:

Las editoriales son empresas, y las empresas son un negocio que busca obtener el mayor beneficio económico como muchas otras empresas de diferentes rubros.

Sin embargo, parece que algunos escritores tienen problemas para aceptarlo, pero no con que existan personas que lucren con la idea de decirte cómo escribir un best-seller en treinta días (que de esto hablé largo y tendido en la entrada de la semana pasada). O con su marca favorita de refresco, que para el caso, sigue siendo una empresa.

Si eres de los que ya ha digerido esta realidad, continúa leyendo.

He escuchado a más de una persona dando discursos desde el resentimiento (o eso parece por la forma en que se expresan al respecto), buscando satanizar a las editoriales solo por querer el mayor beneficio para ellos.

Si a esas vamos, no veo a nadie haciendo lo mismo contra Apple (por ejemplo) alentando al boicot.

Aquí te diré que no: nada vamos a ganar quemando las oficinas de (inserta la editorial que quieras). Es momento de guardar los palos y la pintura en aerosol, solo porque nuestra novela de perritos no fue publicada por alguno de sus sellos. Las editoriales seguirán siendo empresas y a lo mucho causaremos que sus ventas bajen o en el peor caso, que algún día se vayan a la quiebra.

Pero mientras estos acontecimientos suceden, ¿qué podemos hacer?

Primero tenemos que reconocer (además) que el hecho de que a un bookfluencer le hayan dado una oportunidad por la que cientos allá afuera matarían por tener, no significa que nuestro trabajo valga dos centavos o que no seamos lo suficientemente talentosos.

La época dorada en la que solo importaba el talento y no quién estaba detrás de la pluma se quedó junto al viejo siglo. Con la llegada de internet y las redes sociales, se ampliaron los horizontes, se democratizó la publicación, algo que antes solo unos cuantos podían hacer. Aunque esto a su vez, trajo el bonito panorama que ahora estamos padeciendo. Un arma de doble filo, si quieres verlo así.

Retomando el punto, lo siguiente que podemos hacer es seguirnos esforzando. Eso es inherente a la forma en que decidas publicar. Tenemos que ganar presencia en el mundo digital, que la gente nos conozca, exponernos. Aunque habrá a quienes no les guste la idea, que es muy respetable porque el manejo de redes sociales y algoritmos es más complicado que entender una clase de matemáticas en árabe si hablas japonés.

Considero que no podemos darnos el lujo de quedarnos con la duda de qué hubiera pasado de haberlo intentado. Es algo que podría salir bien o salir mal y es mejor averiguarlo cuanto antes para ajustar nuestra estrategia.

En conclusión: creo que lo único que podemos reclamarle a las editoriales es que si van a publicar novelas de bookfluencers sin experiencia, que por lo menos contraten a un ghostwritter o se tomen el tiempo de pulir el texto para ofrecer una novela de calidad a su basto publico, es lo mínimo que merecemos si vamos a pagar. 

Y la moraleja es: No podemos quedarnos en el estancamiento y el odio (como cierta persona de la que no diré su nombre porque la gran mayoría apoyó como "defendió" a los escritores) porque a "x" creador de contenido le publicaron y a nosotros no, como ya dije, es una estrategia esperable si lo que las editoriales buscan es tener ventas. La culpa no es del bookfluencer que no sabe escribir, si no de quién lo hace publicar.

Lo que nos queda es seguir buscando hacernos un hueco en el saturadísimo mundo literario y continuar mejorando como escritores, porque antes de querer vivir de nuestras novelas, antes que la fama y las mansiones de lujo, está la satisfacción que nos genera contar esa historia que albergamos en nuestro corazón.

Quise escribir esto en pleno día del libro porque hubo quiénes dieron a entender que "no había nada qué festejar con el panorama actual" y para decirte que celebres tus propios éxitos presentes y futuros en este día tan esperado, de algún modo u otro, por todos.

¿Y tú, ya sabes con qué lectura o escritura vas a celebrarlo?



martes, 15 de abril de 2025

La receta para un best-seller: ¿es real?

Hace un tiempo me encontré con un artículo que llevaba un título parecido, y no es el primero que leo de este tipo, al punto de que se ha vuelto cansino ver como todos parecen tener la verdad absoluta sobre este tema, incluso aquellos que ni siquiera hablan desde la experiencia porque ni en su casa los conocen.

Y aquí dirás: vale, pero a ti tampoco. 

En efecto. Sin embargo, yo no vengo a venderte una mentira para que acabes comprando un curso de: ¿cómo escribir un best-seller en 3 meses y venderlo por 500 euros (espero que alguien acá entienda la referencia porque no lo voy a explicar).

Comencemos poniendo sobre la mesa todo lo que estos "gurús" nos dictan que hagamos si queremos probar de las mieles del éxito literario que ni siquiera ellos han tenido el honor de probar:

  • Atrapa al lector desde la primera línea.
Esto te lo dirán incluso en cursos serios. Pero no te vayas con la idea de que haciendo esto, automáticamente, lectores te caerán del cielo suplicando una segunda parte de tan magnífica novela porque no funciona así.

Estoy de acuerdo en que esta idea tiene su razón de ser: para enganchar al lector y que no abandone el libro. Ojo, un libro por el que ya tuvo que pagar. Así que, ten cuidado y que no te quieran vender este argumento como "la fórmula mágica" cuando solo se trata de lo que de cajón debe tener cualquier novela, sin importar cuanto venda. Atrapar al lector tiene más de ciencia que de magia, así que tomate tu tiempo para este asunto por las razones correctas.

  • Crea personajes complejos con los que el lector pueda empatizar.
Otro indispensable, aquí no vamos a negarlo. Sin embargo, ¿te haz preguntado cuánto tiempo te va a llevar entender a tus personajes? Porque todos te dicen que debes crear personajes con virtudes, defectos, motivaciones, pero nadie te habla de lo complejo que es entenderlos cuando ya tienes toda la información sobre la mesa. Ya que de nada te servirá conocer de qué color son los calzones de tu protagonista si lo que obstaculizará que tu personaje resuelva el conflicto de la trama es que tiene la falsa creencia de que si no hace lo que otros esperan de él, los decepcionará (Nota: mi personaje al que le cayó la roca se encuentra bien, él lo resolverá).

Haciendo hincapié en el lector, te dirán que debes poner al personaje en situaciones con las que el lector se sienta identificado para que pueda empatizar. Pero nadie te dice que no todos los lectores van a llegar a entenderlo (a la primera) a menos que te sobre espacio en tu novela y metas a tu protagonista a tener un día de mierda en el que lo despiden del trabajo, se le va el bus, un perro lo orina...en fin, ahí sí que cualquiera empatizará. 

Pero volviendo al punto central, este consejo en específico no te volverá un superventas. Puedes tener personajes bellamente construidos, pero si la trama es sobre un alien que quiere casarse con un caballo y volver a su planeta para correr la fórmula 1, te arriesgas a aparecer en alguna de esas cuentas de Bookstagram en un carrusel de "los peores libros que leí". Aunque acá tomarás fama por lo malo que pueda ser.

  • Construye una comunidad.
Acá entramos a terreno escabroso y que a más de uno va a sacarle varices en el esófago. Creo que de todas las cosas que dicen "los tocados por los dioses literarios", esta es la que tiene más verdad detrás, aunque también mucha tela de donde cortar.

Seamos un 1% más de 100% realistas: si el día de mañana publicas un libro, ¿cuánta gente lo compraría? Bueno, ahí radica la importancia de tener una comunidad si nuestros objetivos son vender lo que escribimos. El problema con los que te dicen que debes construir una comunidad es que ninguno va a decirte cómo hacerlo, al menos no gratis. 

Y a esto se le suma otra cosa, en la que quiero que te detengas a pensar: si ellos te van a cobrar por "revelarte el secreto" sobre cómo construir una comunidad de lectores sólida, ¿qué hacen ellos vendiendo cursos? ¿Por qué lo hacen?...¿Será que acaso...les es más rentable vender espejos a cambio de oro que lo que les deja sus propias novelas porque...ni ellos saben cómo ganar lectores, pero sí cómo atraer a escritores desesperados por tener lectores?

Para pensar a quién vamos a escuchar a partir de ahora. ¿Al que te quiere vender algo para decírtelo o al que te comparte consejos útiles que aunque no te resuelvan la vida te servirán para orientar tus pasos?

Que también en este tema me ha tocado escuchar lo que a mí me gusta llamar: "Historias de terror que me gustaría vivir a mí, sobre gente que tiene tanto dinero que ya no sabe por donde metérselo". Categoría en la que entran desde gente que se auto compra sus propios libros para quedar en el top 10 de Amazon, personas que ponen su libro gratis para tener muchas descargas y que el algoritmo los tenga en la primera página cuando deje de estar gratis, hasta los que invierten 100.000 dólares en publicidad para no recuperar ni la mitad de eso.

Así que no cualquier consejo vale y los que involucren invertir dinero, mejor pensárselo dos veces.

Llegados a este punto: entonces, ¿cuál es la maldita verdad? ¿Qué debemos hacer para llegar a ser un autor best-seller?

Bueno, aquí te va una verdad tan grande como cubeta de agua helada: un libro superventas es comprado en su mayoría por gente que no es una apasionada de leer 500 libros al año (entiendan la referencia o no). Es decir, no son ávidos lectores. 

Si eso no fue suficiente, acá va otro facto: esos libros son superventas porque trazan una historia que a cualquiera le puede gustar. Están llenos de clichés, tropes explotados hasta decir "no más" pero que siguen gustando como la primera vez que los leímos. Sólo hazte la pregunta: ¿cuántos de estos libros conoces, ya sea porque los leíste por el hype y terminaste decepcionado porque no cumplieron tus expectativas?

Esa es la realidad, aunque nos duela a los noveles. Allá afuera hay un océano de gigantes superventas que solo son producto de la suerte, fama acumulada por otros motivos, una super producción de marketing hasta en las cajas del cereal y puede, PUEDE que hasta uno que otro pacto satánico. Nunca sabremos eso último.

Pero, antes de que tires el ordenador por la ventana, quiero que te preguntes: ¿de verdad quiero eso para mis novelas? ¿Quiero que me lea gente que va a comprar mi libro una vez, por ser la sensación del momento, pero que no lo volverá a hacer nunca porque irán a por el siguiente libro? ¿O quiero escribir historias mediocres pero que le gusten a la gente, aún con el riesgo de que las olviden por el competido mercado que hay?

Aquí vas a decirme: Pero Doll, ¿no se puede ser best-seller con una historia que valga la pena?

Ya te digo yo que de ser posible, lo es. Pero, ¿cuántos casos de esos conoces? Seguro que muchos menos que los casos de superventas mediocres. 

Lo que me lleva a una inevitable reflexión: Si lo piensas bien, es más fácil ser un autor best-seller con una historia mediocre bajo el brazo, que tener un éxito medianamente decente (tanto financiero como personal) escribiendo novelas a las que les ponemos toda el alma para que valgan la pena ser leídas.

Así pinta este panorama. No es culpa nuestra, ni de nadie en particular. Las masas hacen famoso a quién le sale de los cojones. 

¿Dejaremos de escribir por eso? Honestamente pienso que lo que se ama no se abandona porque llena algo de ti, y cuando no lo hace, entonces es cuando lo dejas.

La moraleja de hoy es: no te martirices pensando en que tienes que ser un autor superventas o de lo contrario no alcanzarás el éxito. El éxito es individual y no solo se mide por números, abarca muchas otras vertientes que también son importantes. Somos escritores y queremos vivir de ello porque lo amamos, eso es genial y es posible, pero nada es posible sin esfuerzo y constancia.

martes, 8 de abril de 2025

No es tu novela, eres tú: aquí te explico por qué.

Poco he visto que se hable de este tema, pero creo que es hora de que alguien lo haga. Todo el mundo te hablará de cómo escribir una novela, consejos que deberías seguir y qué evitar si quieres tener éxito y está bien. Lo que nadie te dice es que a veces tenemos ideas para empezar un manuscrito pero que no todas las ideas que se te ocurran acabarán vendiéndose como pan caliente o que muchas de ellas quizá ni siquiera vean la luz.

Pero hoy no voy a enfocarme en esto, si no en algo de lo que menos se habla: cuando tienes ideas para una historia pero no estás listo para abordarla. De allí el título de esta entrada.

¿Y cómo saber que no lo estamos? Te lo contaré poniendo como ejemplo mi experiencia personal y si esto resuena contigo, es probable que te haga reflexionar sobre tu proceso creativo, así como a mí me sucedió para llevarme a estas conclusiones y en consecuencia atreverme a escribir esto.

Cuando en mí nació la idea de mi novela, en aquel momento no tenía ni idea de hasta dónde podría llegar con ella y con el paso de los años, comencé a entender de qué iba realmente mi novela. 

Te explico: yo tenía claro que sería romantasy (sin saber que era lo de moda en ese momento) y que la premisa sería acerca de un hombre que tras enviudar hace un tiempo, compra un retrato antiguo de una mujer y que tras eso, comienza a tener sueños con la mujer del retrato. Con eso en mente me puse manos a la obra y salió el primer borrador.

Sin embargo, por cosas de la vida que ya conté en la entrada de mi experiencia autopublicando (y si no lo han leído vayan a hacerlo) tuve la oportunidad de volver a leerla, varios años después y con una nueva perspectiva de la vida.

Tras meditarlo me di cuenta que era un asco y que en ese momento yo no estaba preparada para una idea tan ambiciosa. Esto lo descubrí hasta que decidí sentarme a entender lo que mi novela necesitaba y qué fue lo que falló en aquella primera vez (spoiler: todo).

De allí nació una nueva versión de la misma que no era ni la sombra de la versión anterior (si quieren leerla dejaré el link al final por si les interesa dejarme comentarios antes de la versión definitiva). En la primera versión no le di la importancia que merecía al tema de "la pérdida y el duelo", por ejemplo. Un tema muy importante y que se correlaciona con toda la novela. Pero como te dije antes, todo esto no lo vi hasta que me puse escuchar y con la mente fría lo que necesitaba para sacar todo el potencial a una idea.

Aún con esas, decidí betear la versión nueva. Porque aunque me gustaba el resultado final, sabía que otros ojos serían capaces de ver lo que yo no podía y quería estar segura de esta vez, estarle dando el esmero que merece.

Diré que valió tanto la pena haberlo hecho porque eso me dio mucha más perspectiva y me ayudó a conocer aún más lo que estaba haciendo, por lo que ahora estoy embarcada en la versión definitiva (o eso espero). (Gracias a mis lectores beta que se tomaron el tiempo de leerla y darme su feedback, podrán pasar mil años y lo seguiré agradeciendo con el alma).

En resumen, todo este camino literario me ha servido para entender que a veces tenemos ideas muy ambiciosas, que por la emoción del momento, nos podemos cegar y no llegar a entender cómo desarrollarlas para hacerle justicia a lo que imaginamos y escribimos un borrador que acabaremos odiando después.

Para evitar esto, podemos documentarnos sobre los temas a tratar todo lo que queramos, que es lo que recomiendo encarecidamente porque si te pones a ver la cantidad de autores superventas que hacen esto, entenderás por qué están donde están y lo importante que resulta este paso (sí, incluso antes de un primer borrador si no quieres tener que reescribir todo).

Nota personal: aunque para la primera versión investigué un poco sobre el duelo y la pérdida, sus fases y cómo salir de el, no llegué a entender cómo se sentía vivirlo hasta que años después me sucedió a mí. Esto, personalmente, me gusta tomarlo como una señal del universo de que necesitaba perder algo importante para mí, para lograr ponerme en el lugar de mi personaje. Tardé en verlo de esa manera porque en mi caso nadie murió pero fue una pérdida tan significativa que es como si hubiera ocurrido y atravesé cada fase que en su momento investigué. La vida y sus formas extrañas de maniobrar.

La moraleja de hoy es: no es que seas malo escribiendo, quizá todavía no estás preparado para esa idea tan grandiosa que algún día podría ser el siguiente best-seller (quién sabe, soñar se vale). Que esto no te desanime y úsalo como la motivación perfecta para sacarle brillo a esa novela que estás escribiendo.


Gracias por leerme. Dejo acá el link de la famosísima y ya mencionada historia en la que estoy embarcada y espero que por fin me de tregua este año, porque también hay que saber cuando soltar: La Maleducada Novela



martes, 1 de abril de 2025

El mito más extendido en la literatura actual: los libros malos.

Seguramente tú o alguien más alguna vez ha dicho: "este libro no me gustó porque los personajes eran planos o (inserte aquí fundamento literario de su preferencia)". Pero, ¿qué pasaría si te dijera que aquel "mal libro" con el que haz querido hacer una fogata por lo insulso de sus páginas, es en realidad un ser mitológico que ha trascendido a través de los siglos?

Tal vez pienses: ¡¿cómo es posible este suceso si los libros malos existen?!

O quizá creas: decir que los libros malos son un mito es como negar la existencia de (inserta aquí el libro que usarías como papel higiénico ante una época de escasez). 

O peor aún: ¡¿acaso estás tratando de promover la mediocridad literaria?!

Desde ya te adelanto que esta entrada no va de defender a los prófugos del sentido común, ni será un debate para que dejes de creer que 50 sombras de Grey (o cualquier libro que detestes) es en realidad una obra maestra.

No, no iré por esos tormentosos y polémicos caminos que solo dejan egos lastimados y funas en Twitter (ahora X).

La cuestión radica aquí: tú podrás decir que "el libro tal" es malo por un sinfín de razones: trama inverosímil, mala ortografía, personajes planos, pluma del autor, sesgos ideológicos. En fin, que la lista es larga. No importa cuál sea tu fundamento, ni la veracidad de este, ni quién esté de acuerdo contigo.

¿Y por qué no? te preguntarás.

Porque no importa cuan malo sea, siempre habrá alguien que va a decirte que el libro le gustó. (Sí, incluyendo ejemplos como: el relato de la rata con thinner, el tío árabe de Zayn y la historia del príncipe pene junto con su supuesta trilogía).

Aquí tal vez creas que estoy siendo demasiado filosófica.

Pero aclarando: Existen libros con errores (en mayor o menor grado, algunos incluso serán perceptibles para muy pocos) lo que NO existe son los "libros malos". Porque nunca vas a encontrar un libro que se hayan leído hasta las rocas y que a cualquier persona que se lo preguntes te conteste que lo odió por lo pésimo que es. Siempre habrá alguien que no lo odie, aunque te cueste creerlo y no comprendas el raciocinio de quienes lo defiendan.

Sin embargo, que esto no nos valga para justificar la mediocridad y el poco esfuerzo por mejorar. 

Decidí tomar este tema tan relevante últimamente para enviar el mensaje correcto, por si todavía no te imaginas a dónde quiero llegar con todo este discurso es a lo siguiente:

No te dejes martirizar con la idea de que a nadie le va a gustar tu libro, ni te permitas paralizarte ante el miedo a que tu novela sea marcada con el sello de "libro malo". Porque eso es técnicamente imposible por las razones ya expuestas. 

Una forma más saludable de abordar tu novela si sientes que algo le falta para brillar es: enfoca tu mente hacia lo positivo y cuestiónate: ¿qué puedo hacer para ser un mejor escritor? Solo puliendo nuestro talento nos aseguraremos de alejarnos de escribir "joyitas" como las listadas anteriormente.


Editoriales y Bookfluencers: mi opinión.

Recientemente se ha hablado sobre el tema de que las editoriales dan oportunidades a creadores de contenido que nunca han escrito nada en su...