Poco he visto que se hable de este tema, pero creo que es hora de que alguien lo haga. Todo el mundo te hablará de cómo escribir una novela, consejos que deberías seguir y qué evitar si quieres tener éxito y está bien. Lo que nadie te dice es que a veces tenemos ideas para empezar un manuscrito pero que no todas las ideas que se te ocurran acabarán vendiéndose como pan caliente o que muchas de ellas quizá ni siquiera vean la luz.
Pero hoy no voy a enfocarme en esto, si no en algo de lo que menos se habla: cuando tienes ideas para una historia pero TÚ no estás listo para abordarla. De allí el título de esta entrada.
¿Y cómo saber que no lo estamos? Te lo contaré poniendo como ejemplo mi experiencia personal y si esto resuena contigo, es probable que te haga reflexionar sobre tu proceso creativo, así como a mí me sucedió para llevarme a estas conclusiones y en consecuencia atreverme a escribir esto.
Cuando en mí nació la idea de mi novela, en aquel momento no tenía ni idea de hasta dónde podría llegar con ella y con el paso de los años, comencé a entender de qué iba realmente mi novela.
Te explico: yo tenía claro que sería romantasy (sin saber que era lo de moda en ese momento) y que la premisa sería acerca de un hombre que tras enviudar hace un tiempo, compra un retrato antiguo de una mujer y que tras eso, comienza a tener sueños con la mujer del retrato. Con eso en mente me puse manos a la obra y salió el primer borrador.
Sin embargo, por cosas de la vida que ya conté en la entrada de mi experiencia autopublicando (y si no lo han leído vayan a hacerlo) tuve la oportunidad de volver a leerla, varios años después y con una nueva perspectiva de la vida.
Tras meditarlo me di cuenta que era un asco y que en ese momento yo no estaba preparada para una idea tan ambiciosa. Esto lo descubrí hasta que decidí sentarme a entender lo que mi novela necesitaba y qué fue lo que falló en aquella primera vez (spoiler: todo).
De allí nació una nueva versión de la misma que no era ni la sombra de la versión anterior (si quieren leerla dejaré el link al final por si les interesa dejarme comentarios antes de la versión definitiva). En la primera versión no le di la importancia que merecía al tema de "la pérdida y el duelo", por ejemplo. Un tema muy importante y que se correlaciona con toda la novela. Pero como te dije antes, todo esto no lo vi hasta que me puse escuchar y con la mente fría lo que necesitaba para sacar todo el potencial a una idea.
Aún con esas, decidí betear la versión nueva. Porque aunque me gustaba el resultado final, sabía que otros ojos serían capaces de ver lo que yo no podía y quería estar segura de esta vez, estarle dando el esmero que merece.
Diré que valió tanto la pena haberlo hecho porque eso me dio mucha más perspectiva y me ayudó a conocer aún más lo que estaba haciendo, por lo que ahora estoy embarcada en la versión definitiva (o eso espero). (Gracias a mis lectores beta que se tomaron el tiempo de leerla y darme su feedback, podrán pasar mil años y lo seguiré agradeciendo con el alma).
En resumen, todo este camino literario me ha servido para entender que a veces tenemos ideas muy ambiciosas, que por la emoción del momento, nos podemos cegar y no llegar a entender cómo desarrollarlas para hacerle justicia a lo que imaginamos y escribimos un borrador que acabaremos odiando después.
Para evitar esto, podemos documentarnos sobre los temas a tratar todo lo que queramos, que es lo que recomiendo encarecidamente porque si te pones a ver la cantidad de autores superventas que hacen esto, entenderás por qué están donde están y lo importante que resulta este paso (sí, incluso antes de un primer borrador si no quieres tener que reescribir todo).
Nota personal: aunque para la primera versión investigué un poco sobre el duelo y la pérdida, sus fases y cómo salir de el, no llegué a entender cómo se sentía vivirlo hasta que años después me sucedió a mí. Esto, personalmente, me gusta tomarlo como una señal del universo de que necesitaba perder algo importante para mí, para lograr ponerme en el lugar de mi personaje. Tardé en verlo de esa manera porque en mi caso nadie murió pero fue una pérdida tan significativa que es como si hubiera ocurrido y atravesé cada fase que en su momento investigué. La vida y sus formas extrañas de maniobrar.
La moraleja de hoy es: no es que seas malo escribiendo, quizá todavía no estás preparado para esa idea tan grandiosa que algún día podría ser el siguiente best-seller (quién sabe, soñar se vale). Que esto no te desanime y úsalo como la motivación perfecta para sacarle brillo a esa novela que estás escribiendo.
Gracias por leerme. Dejo acá el link de la famosísima y ya mencionada historia en la que estoy embarcada y espero que por fin me de tregua este año, porque también hay que saber cuando soltar: La Maleducada Novela
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